A partir de ahora, el premio se concederá anualmente a trabajos científicos destacados con ideas aplicables en los campos de la tecnología textil, la tecnología de las películas y los materiales compuestos, así como en la aviación.

"El trabajo demuestra la viabilidad industrial de una película de embalaje completamente biobasada y compostable hecha de ácido polihidroxibutírico y ácido co-hidroxivalérico", dijo el Dr. Andreas Rutz, comisario del campo de la tecnología de películas, en su elogio en el Museo Dornier de Friedrichshafen. El Dr. Rutz alabó la tesis de Verena Jost, publicada en 2019. Se trata de la primera galardonada con el Premio de la Fundación Peter Dornier, que sólo ha podido concederse ahora, tras un retraso de un año. debido a la pandemia. Su trabajo premiado trata de los requisitos previos para la producción de películas de base biológica y biodegradables a partir del biopolímero poli(hidroxibutirato-co-hidroxivalerato) (PHBV) como sustituto de los productos fílmicos derivados del petróleo.

Tan impermeable como el film de poliéster
El mayor reto de los biopolímeros en la producción de películas es que, al no tener propiedades óptimas por naturaleza, hay que mejorarlas con todas las características que distinguen a las películas de envasado convencionales a base de petróleo para la protección de los alimentos. La Sra. Jost, del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Procesos y Envases (IVV) de Freising (Baviera), tardó unos nueve años en encontrar el aditivo adecuado que pudiera competir con la película clásica: Una película de dos capas de PHBV con un revestimiento de alginato, producida en una línea de película plana. Las pruebas demostraron rápidamente que la permeabilidad a través de la "película verde", es decir, la permeabilidad del material al oxígeno y al vapor de agua, es al menos tan baja como la de la película de poliéster convencional. "Se trata de una permeabilidad sorprendentemente baja para un biopolímero", dijo Verena Jost en su discurso de entrega de premios a los aproximadamente 40 invitados presentes.

Visión de futuro: película a partir de residuos alimentarios
La Sra. Jost decidió conscientemente utilizar el PHBV. Este material del grupo de los poliésteres termoplásticos ya es conocido como material de envasado: Ya en 1975, la primera botella de champú biodegradable se fabricó con PHBV, pero hasta ahora el biopolímero no ha podido establecerse a gran escala. Según la Sra. Jost, esto se debe principalmente a su complejo proceso de fabricación. El PHBV se produce a partir de diversos microorganismos, incluidos los residuos de la producción de cerveza y aceite de oliva. En comparación con el conocido biopolímero polilactida (PLA) obtenido del maíz, que se procesa en películas especiales, por ejemplo, el PHBV tiene una ventaja decisiva, según la Sra. Jost: hay estudios que evidencian la producción de PHBV a partir de residuos municipales. "Como el material puede procesarse de forma termoplástica, también puede reciclarse, lo que permite un proceso circular", explica Verena Jost, que actualmente trabaja como científica de desarrollo de envases en el fabricante de alimentos para bebés Hipp. Por ello, la Sra. Jost aboga por seguir optimizando el proceso de extracción del PHBV en el marco de una mayor investigación y desarrollo.

Comercialización desde el principio
Para facilitar el lanzamiento al mercado del nuevo desarrollo, la Sra. Jost afirma que desde el principio se aseguró de que la película de PHBV pudiera procesarse en equipos clásicos como las líneas producidas por DORNIER. En estas líneas, los clientes de Asia y Europa producen no sólo películas de envasado para alimentos, sino también películas especiales para smartphones, células solares y baterías para coches eléctricos. Las nuevas plantas de producción que procesan la película de envasado biodegradable hecha de PHBV requerirían la adaptación al material y la optimización de los procesos posteriores. "Sin embargo", señala Verena Jost, "se necesita más investigación sobre el material". Por ejemplo, hay que investigar las propiedades de migración, es decir, la migración de sustancias del material de envasado al alimento. Además, el PHBV es relativamente quebradizo. Hasta ahora, se ha procesado como película fundida no estirada. Para poder soportar las enormes fuerzas de tracción con las que se da forma a las películas en las líneas de estirado de hasta 150 metros de longitud, hay que seguir optimizando las propiedades de procesamiento del PHBV.

Película sostenible: fiel al espíritu del fundador Peter Dornier
Para el orador Dr. Rutz está claro: "El trabajo premiado hoy es un hito esencial en el camino hacia la producción de película sostenible a escala industrial". Como fabricante de máquinas e instalaciones, uno de los focos de investigación y desarrollo de DORNIER es acelerar este proceso de desarrollo. En su discurso, Maja Dornier, presidenta de la Fundación Peter Dornier, también conmemoró al fundador de Lindauer DORNIER GmbH: Peter Dornier (1917-2002). El premio, que en el futuro se otorgará anualmente a jóvenes en reconocimiento a sus destacados descubrimientos científicos y logros prácticos en el campo de la tecnología, se basa en una de sus ideas. "Reducir la contaminación ambiental con la ayuda de láminas biodegradables habría sido un objetivo que refleja plenamente el espíritu del fundador", afirma Maja Dornier.

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